¿Cómo enseñar normas a tu pequeñín?

Aplicar disciplina no significa gritos y regaños, guiar la conducta de tu pequeñín requiere de mucha paciencia y en especial mucho amor.

A partir del primer año de edad, tu pequeñín está buscando reafirmar su personalidad, en especial su autonomía, por eso es normal que sea posesivo y que, en ocasiones, se torne desafiante, como si te estuviera faltando al respeto.

Estas son algunas pautas que puedes seguir a la hora de corregir comportamientos negativos en tu hijo:

• Háblale de manera que entienda, dile “No le pegues a tu hermanita”, en lugar de “No seas malo con tu hermanita”, quizá el concepto de “malo” no sea muy claro para tu pequeñín.

• Dile las cosas de forma pausada y preferiblemente mirándolo a los ojos.

• Repite varias veces lo que deseas que haga. La repetición lo ayudará a que interiorice la instrucción de hacer o dejar de hacer determinada acción.

• Entienden mejor si les explicas la relación causa-efecto: “Si tiras tus juguetes se van a romper y no vas a poder seguir jugando con ellos”.

• Si estos consejos no ayudan, puedes empezar a reforzar la adopción de normas quitando privilegios, por ejemplo, por unos minutos suspender cualquier actividad.

Corregir y disciplinar de manera correcta a tu pequeñín, sin necesidad de recurrir a gritos, regaños y castigos, puede ser clave en su desarrollo emocional y social.

Estas son algunas pautas que puedes implementar cuando debas enseñarle la manera correcta de comportarse:

Establece rutinas: Haz que las horas de dormir, comer, bañarse e ir al baño sean un ritual que se cumple cada día con determinados pasos, esto ayuda a tu pequeñín a saber qué esperar y a sentirse más seguro.

Estandariza normas: Tanto tú como tu pareja y todas las personas que intervienen en el cuidado de tu pequeñín deben saber y seguir las normas que han establecido para tu pequeñín y así no contradecirse.

Da ejemplo: De nada sirve una norma si no se enseña a través del ejemplo que le das a tu pequeñín. Repite las acciones con paciencia hasta que la norma sea interiorizada.

Refuerza de manera positiva las buenas acciones: Si celebras un buen comportamiento, es más probable que este se repita. Hazlo con palabras de ánimo, abrazos y caricias.